Poder ver una obra de teatro en un teatro no es extraño, es lo habitual, pero sí que me parece extraordinario cuando ese teatro se ha construido el 15-16 A.C. El tener la oportunidad hoy día, de disfrutar de un Patrimonio de la Humanidad de la misma manera, y con el mismo uso para el que se construyo en su origen, no es lo habitual cuando se visita un conjunto histórico. El sitio es grandioso para celebrar un Festival de Teatro clásico, el más antiguo que se celebra en la Península.
Abrumada por el lugar, la obra de teatro “Asamblea de Mujeres” no me pareció tan mala como en realidad era, no es lo que yo entiendo por “teatro clásico”. (Lo más seguro es que no entienda nada.) Sin embargo este escenario tiene tantas posibilidades, tantas alternativas y tantas opciones…..
La iluminación, la capacidad de sonora del recinto, el precioso techo que esos días tenía la ciudad, y por supuesto la inmejorable compañía, fueron determinantes para una excelente noche. Mérida tiene la historia en la calle, en cada esquina, la que se ve es espectacular, pero la que cuentan sus Emeritenses es todavía mejor.
En esos días no íbamos a librarnos del calor, no, pero para sofocarlo estaba la Charca, la presa romana de Proserpina, donde pudimos chapotear como patos…y como patitos.
Lo de tener la casa al lado de la Charca, es un puntazo.
Gracias a la “familia pollo”
Yo también tengo una Familia de Pollos, pero musical!!
ResponderEliminarHace tiempo que no voy a Mérida, me gusta mucho pasear por esa ciudad... En primavera, claro.
Na y menos, nos queda!
Un abrazo!!