Bizancio, Constantinopla, o la actual Estambul, Patrimonio de la Humanidad, fue la capital de cuatro imperios, romano, bizantino, latino y otomano. Aunque la actual capital es Ankara, su silueta declara a voces la magnitud de lo que fue y de lo que es. En 2010 fue nombrada Capital Europea de la Cultura.
Santa Sofia al fondo
La elección de algunos de nosotros en esta ocasión fue por aire, agotados de las jornadas en Capadocia, los crueles madrugones, la fatiga y el consumo de energía que exigía nuestro guía “el amores”, está opción fue la más acertada para ellos ya que la falta de sueño podía pasar factura en días venideros, y si además con ello se ganan algunas horas en Estambul mejor que mejor. Para los que dormimos como marmotas o simplemente no contemplábamos esa opción, nuestra entrada fue en el bus. Después de alguna “parada técnica, voluntaria obligatoria” para visitar el "Churchill" (traducido es el W.C.) No tuvimos demasiado problema con el popular atasco que se forma al entrar en Estambul, al atardecer, en hora punta, cruzábamos el puente colgante del canal del Bósforo, me impresiono la visión de una mastodóntica ciudad de casi 15 millones de habitantes, una de las mayores urbes de Europa y del mundo.
El estrecho del Bósforo, entre el Mar Negro y Mar de Mármara, y con una posición estratégica envidiable se encuentra la ciudad de Estambul, dividiéndola en europea y asiática, desde la parte europea el Cuerno de Oro se une al Bósforo justo en el punto que el estrecho entra en el mar de Mármara, formando un estuario donde se mezcla el agua dulce con la salada y cuyo emplazamiento forma un puerto natural espectacular. (Su centro histórico y comercial se encuentra en Europa, mientras que una tercera parte de su población vive en Asia.)
Mezquita Azul al fondo
Esa noche, ansiosos por ver la magnificencia nocturna de la ciudad, nos dimos un paseo todos admirando esos monumentos iluminados.
A primera hora del dia siguiente, se presenta con una desafortunada visita a un taller de pieles donde estuvimos poco rato, los itinerarios excesivamente programados pueden hacer sentirte un poco "atado" y no entendiamos como en una ciudad como Estambul la primera visita fuera a ¿una tienda de pieles? Pero olvidado el asunto, la siguiente visita era Santa Sofia...
La revuelta de Constantinopla en el año 532 acabo con la destrucción entre otros de este edificio, Justiniano no dudo en edificar una nueva catedral, eligiendo a los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, las obras duraron casi 6 años. Es una obra maestra del arte bizantino, el diseño no tenía antecedentes próximos, era tal la obsesión de Justiniano que se ordeno construir una habitación dentro de ella para seguir directamente las obras. El mismo emperador discutía y departía diariamente con los arquitectos, el pueblo pensaba que las dudas que surgían en la construcción eran resueltas por el emperador después de consultar con un ángel.
El interior es imponente, las dimensiones de la sala principal, la cúpula de 30 m, la iluminación, las columnas monolíticas, hacen a este edificio soberbio.
Justiniano dijo en aquella ocasión: "Salomón, te he vencido" aludiendo a que con esta nueva iglesia había superado el famoso templo de Jerusalén edificado por el rey israelí.
Su influencia arquitectónica y litúrgica fue generalizada y duradera para los ortodoxos, católicos romanos y el mundo musulmán por igual. Entre 1204 y 1261, Santa Sofía fue la iglesia del Papa. En 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita. Los otomanos dotaron a la iglesia de cuatro minaretes, una escuela teológica y un comedor público.
Los daños causados por los terremotos motivarían la restauración del edificio en numerosas ocasiones. En 1935, Atatürk transformó el templo en un museo, durante 1.000 años fue la catedral más grande, hasta la finalización de la catedral de Sevilla.
Desde aqui nos encaminamos a la mezquita otomana de Rüstem Paşa, fue diseñada por el arquitecto imperial Mimar Sinan para el gran Visir Damat Rüstem Pachá (marido de una de las hijas de Suleiman el Magnífico, la princesa Mihrimab). La construcción se inició en 1561 finalizando en 1563.
En una calle llena de tiendas y negocios, una pequeña puerta, subimos una escaleras y llegamos de esta curiosa forma al acceso de este templo. El interior es famoso por la cantidad y calidad de los azulejos de Iznik que representan una gran variedad de motivos florales y geométricos. Estos azulejos exhiben el uso de un color rojo-tomate característico del período temprano de Iznik, y ninguna otra mezquita en Estambul hace un uso tan pródigo de estos azulejos.
La siguiente parada será en el Bazar de las Especias, llamado también Bazar Egipcio, su inicio se remonta a 1663, se construyo al mismo tiempo que la Nueva Mezquita adyacente con objeto de mantenerla.
Lo de Egipcio le viene de cuando Estambul marcaba el final de la ruta de la seda y desde aquí se distribuía a toda europa a través del Mediterraneo, desde el S XIII se comercializaba especias con Venecia.
Una de las visitas a la que le tenia especial ganas era la Cisterna de Justiniano, alli nos fuimos por la tarde.
La Cisterna Basílica es la más grande de las múltiples cisternas que hay en Estambul. Las cisternas son depósitos que se construyeron para que la ciudad tuviera reservas de agua en caso de ser atacada. Otro nombre (bastante más atractivo) con el se conoce la cisterna es "Palacio Sumergido", Yerebatan (Yerebatan Sarnıcı, su nombre en turco) tiene unas dimensiones de 140 por 70 metros y se calcula que podía almacenar unos 100.000 m3 de agua.
Fue construida en tiempos de Justiniano I (527-565) para abastecer al Palacio Bizantino. Para llenar la cisterna se recurría a los acueductos de Valente (aún existente) y de Adriano. Estos acueductos recibían el agua de los Bosques de Belgrado, a unos 20 kilómetros de Constantinopla.
La Basílica Cisterna tiene 336 columnas de 9 metros de altura. Los estilos de las columnas son muy variados, ya que fueron reutilizadas de antiguas estructuras . Pero al fondo existen dos peculiares con bases de cabezas de medusas, quizas provenientes de ese reciclaje.
El origen de las dos cabezas es desconocido, se cree que las cabezas fueron traídas a la cisterna tras ser retiradas de un edificio del último periodo romano. Dice la tradición que los bloques están orientados hacia los lados y bocabajo con el fin de anular los poderes de la mirada de la Gorgona.
Nuestra ansia por absorver todo lo que supone estar en Estambul nos llevo hasta la Torre Galata, Erigida por los genoveses en 1348, la torre de Gálata ha sido desde siempre el centinela de Beyoglu que en el siglo XIX, cuando recibía el nombre de Pera, era el barrio de las embajadas y de los mercaderes armenios y griegos, con un sabor más europeo que oriental. En sus empedradas calles se hablaban más de 40 idiomas y recalaba la nobleza europea llegada en el Orient Express.
Como no paraba de llover y era tarde, nos acoplamos bajo una cornisa y allí estuvimos admirando esta torre y hablando de la vida bastante rato, despues de comprarnos algunas cervezas para acompañar claro.
Decidimos cenar algo por el barrio Beyoglu donde nos encontrabamos y probamos la pizza turca, muy rica por cierto, volvimos a subir en el tranvia para acercarnos al hotel.
Este día había sido especialmente machacador, así que todos nos merecíamos descansar para la siguiente jornada que prometía ser movidita. Pero yo tenía que probar la cerveza turca, y justo frete al hotel (que suerte la mía) había una tiendita de barrio que la tenía a precio razonable, porque en todos los casos y en todas partes era bastante cara. “Un turco” me recomendó Efes, cuando le pregunte por la más popular cerveza de Turquía, y no solo me aconsejo, sino que me conto media vida, que si había sido alcohólico, que si su padre….. ¡que yo nada más que quería saber una marca de cerveza turca aceptable! Y allí debajo de un toldo que resguardaba de la lluvia un puesto de fruta, una compañera y yo nos bebimos un par de ellas, pero como parecía que estábamos en un barrio, por la ventana nos vio más gente, otros que entraban también se acoplaron a la recomendación.
Total…. Que terminados por juntarnos una cuadrilla de gente charlando y dando la vara en recepción.
Hoy toca la Mezquita Azul...
Tras la Paz de Zsitvatorok(primer tratado de paz firmado en el mundo) y el negativo resultado de las guerras contra el Imperio Safávida, el sultánAhmed I ordenó construir una mezquita en Estambul para apaciguar a Alá. La mezquita se construyó en el lugar que ocupaba el Gran Palacio de Constantinopla, frente a Hagia Sophia (en esa época, la mezquita más venerada de Estambul) y el hipódromo, emplazamiento de gran valor simbólico. Gran parte de la cara sureste de la mezquita descansa sobre los cimientos y sótanos del Gran Palacio. Se inicio en agosto de 1609 se termino en 1617.
La Mezquita del Sultán Ahmed, conocida como Mezquita Azul, está revestido con más de 20.000 azulejos de cerámica hechos a mano, fabricados en Iznik (la antigua Nicea) con más de cincuenta diseños diferentes de tulipanes. En las lámparas hay huevos de avestruz que se colocaron para evitar que las arañas entraran en la mezquita e hicieran telarañas. La Mezquita Azul es una de las dos mezquitas de Turquía que cuentan con seis minaretes, junto con Adana. Cuando se supo el número de minaretes que tendría la mezquita, se criticó al sultán por presuntuoso, ya que, en aquel momento, era el mismo número de minaretes que la mezquita de la Kaaba, en La Meca. El sultán solucionó el problema construyendo un séptimo minarete en la mezquita de La Meca.
Desde aquí nos encaminamos a orillas del
Bósforo, vamos a dar un paseo en barco, aunque el día no acompañaba demasiado,
y lo que decía el guía era imposible de seguir, fue un rato agradable y otra
forma de ver la ciudad, desde otro punto de vista.
En el ferry de
vuelta a Europa pasamos delante de la Torre de Leandro. Cuenta
la leyenda que en ella vivía una princesa que cada noche esperaba con una vela
encendida la visita de su amado, Leandro. Una noche de tormenta la vela se
apagó y Leandro, desorientado, se ahogó en las aguas del Bósforo mientras
intentaba llegar hasta su princesa. Hoy el enclave es un restaurante que
sobrevive por el encanto de la leyenda.
Que bonita leyenda....si nos la hubieran contado en su momento.
Después del
paseo y de almorzar, nos vamos al palacio Topkapi. (Ahora no recuerdo si fue antes el paseo…o
el palacio….)
La familia Osman
(otman en arabe, origen del vocablo otomano) de donde descendieron los
sultanes, fijó en el Cuerno de Oro su residencia: el cautivador palacio de
Topkapi. La morada, con sus opulentos tesoros, sus quioscos de altas cúpulas y
sobretodo las fantásticas leyendas del harem, con su eunucos guardianes y su
legión de concubinas, cautivó la imaginación europea durante siglos. Fue una de
ellas, Roxelana, la que pidió al Sultán Suleyman “el Magnífico” que se
trasladara el harem al palacio. Esta cercanía permitió a la odalisca aumentara
su influencia sobre la corte y finalmente perfilar el futuro de la dinastía
Osmanli al mandar asesinar al primogénito de Sultán.
El Palacio Topkapi es el mejor reflejo de la época imperial en Estambul y simboliza el poder que alcanzó Constantinopla
como sede del Imperio Otomano. Desde este palacio los sultanes gobernaron
su imperio hasta mediados del siglo XIX.
La construcción del Palacio Topkapi comenzó poco
tiempo después de que Mehmed II tomara Constantinopla. El palacio inicial fue
inaugurado en 1465. Durante las décadas siguientes el palacio fue ampliado por
los diferentes gobernantes.
En 1856, el Sultán Abdulmecid decidió trasladar
su residencia al Palacio Dolmabahçe, un palacio de corte occidental.
En sus 700.000 metros cuadrados, el Palacio
Topkapi cuenta con cuatro patios y múltiples edificios en su interior:
sala de armas, cocina, establos reales, tesoro y muchos más.
En el
mismo recinto (en el interior de sus murallas) se encuentra el Museo Arqueológico y otros edificios de
interés.
De entre las múltiples partes que tiene el palacio,
una de las más importantes es el Tesoro.
El Tesoro
cuenta con algunos de los objetos más valiosos del mundo, como el diamante
del cucharero (un diamante de 88 quilates que perteneció a Letizia
Ramolino, madre de Napoleón) o el puñal topkapi (el arma más cara del
mundo, construido en oro con esmeraldas incrustadas).
Y ahora, al Gran Bazar, el Gran Bazar de Estambul se extiende por un área de 45.000 m2 . Se estructura en 64 avenidas y calles y 16 patios con cerca de 3.600 tiendas. Se accede a este recinto cerrado mediante 22 puertas y se ponen la venta más de 97 diversas variedades de productos vendiéndose más de 12.700 artículos diferentes y trabajan más de 20.000 personas.
Después de la conquista de Constantinopla en 1453 por el sultán Mehmet II se abrió un periodo de construcción de nuevos servicios entre ellos los bazares cubiertos o Bedesten que se dedicaron a la venta de telas abriéndose pronto a todo tipo de objetos valiosos.
Originalmente en época bizantina existía el llamado "Bedesten antiguo", "Bedesten interno" o "Bedesten de Cevahir" (cevahir = joyería) que ocupa un área de 48 m x 36 m. En 1461, el sultán Mehmed II, ordenó la construcción de un nuevo bazar, el cual se realizó un poco más lejos y se distribuyó su calles según el tipo de tejido, algodón, seda... Esta es la fecha que se entiende como fecha fundacional del Gran Bazar de Estambul.
Fue una rápida visita
dado el volumen de nuestros bolsillos, y después de marearnos con el laberinto
de calles, nos dimos cuenta que lo del regateo…¿es un mito?..no sé, pero nos
extraño que no intentaran vendernos algunos de los objetos por los que nos
interesamos.
Un té
tranquilito con pitillo, en un bar de la puerta y nos fuimos a ver la Mezquita de Suleiman el Magnífico.
Haciendo amigos por el camino, claro está.
Está
considerada como la obra más representativa del arte islámico. Otras obras que estaba realizando el arquitecto Sinan mientras
construía la mezquita alargaron su construcción. El sultán, que estaba muy
enfadado por esta tardanza, llamó varias veces la atención al arquitecto.
Finalmente, el día de la inauguración de la mezquita el sultán, para demostrar
su alegría y expresarle su afecto al arquitecto, le cedió a Sinan el honor de
abrir la puerta de la mezquita con una llave de oro...
Construida en la década de 1550 por el arquitecto de la
corte Sinan, la mezquita fue rodeada por, un hospital, un comedor, baños, y las
tumbas de Solimán y su esposa, Roxelana. Estambul, entonces conocida como
Constantinopla, se convirtió en la sede del poder otomano en 1453, cuando el
bisabuelo de Süleyman ,Mehmed II se apoderó de la capital bizantina.
El el jardín tras la parte principal de la
mezquita hay dos mausoleos en los
que está enterrados Suleiman I, su esposa Roxelana, su hija Mihrimah, su madre
Dilaşub Saliha y su hija Asiye. Los sultanes Suleiman II, Ahmed II y Safiye, la hija de Mustafa II, están también enterrados aquí.
En los
muros de la mezquita por la parte exterior hacia el norte se encuentra la tumba
de Sinan.
Mucho mas sencilla que las anteriores vistas, me parecio una decoración exquisita, sin mucho ni poco, en justa medida, y lo mas importante es que no es tan turistica como las visitadas, por ello pudimos estar presente en sus rezos y apreciar el modo particular de orar.
De
vuelta al hotel, y después de juntarnos algunos para cenar, era la noche de
despedidas, así que en la recepción nos contamos, charlamos, y hasta bailamos!
Lo mejor que me traigo es la gente que he conocido, porque sé que cualquier
día, (y cualquier día es bueno), me encontrare con ellos, sino con todos, si
con algunos, las curiosidades de la vida ha querido que nos crucemos en un
momento y en un lugar, (y qué lugar) y estoy segura que habrá otro momento y el
lugar será lo de menos.
Os
agradezco lo compartido, cada buen rato y cada risa, y os deseo que estas nunca
falten.
¡Nos vemos!!
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