jueves, 2 de abril de 2020

Enfermeras de combate Mairi Chisholm and Elsie Knocker


En Gante, Elsie y Mairi recogieron soldados heridos, a diestro y siniestro, incluso alemanes. Tomando riesgos considerables y encontrándose en ocasiones en situaciones peligrosas. Después de la caída de Amberes en octubre de 1914, “La ambulancia voladora” fue evacuada a Ostende, donde se incorporó a la Ambulancia de campo belga . A principios de noviembre de 1914, las dos enfermeras establecieron su propio puesto médico en Pervijze, justo detrás de la primera línea de combate. Eran llamadas los “Angeles de Pevyse



Las unió su  pasión por las motocicletas, cosa poco usual en mujeres del siglo XIX, las llevaría a marcar sus vidas en una aventura inolvidable. Se conocieron en una de las muchas carreras entre Hampshire y Dorset.
Elsie fue separada de sus hermanos, y dada en adopción, tuvo una infancia triste, primero en la escuela de chicas de Marlborough en la que nunca se adaptó y después en la escuela para señoritas Saint Nicholas de Kent. En 1903 sus padres adoptivos la trasladaron a un internado en Suiza.



De vuelta a Inglaterra, cuando ya era una mujercita que superaba los veinte años de edad, conoció al que se convertiría en su marido, Leslie Duke Knocker, con quien se casó el 5 de abril de 1906. Leslie trabajaba en un banco en Londres y tenía diez años más que Elsie. Poco tiempo después la pareja se trasladó a Singapur donde uno de los hermanos de Leslie le había conseguido un trabajo en la China Mutual Insurance Company.


En Asia se quedo embarazada, regreso a Londres y dio a luz su hijo Kenneth, en agosto de 1907 regresa junto a su marido pese a los maltratos y violencia recibidos de su marido, además de adulterio. Aguanto hasta 1910 cuando lo abandono para siempre, volvió a casa de sus padres adoptivos y nunca conto la verdad del malogrado matrimonio. Gracias a la herencia paterna inicio trámites de divorcio, se exponía al rechazo social, aislamiento, y exclusión de la comunidad. Sin embargo de cara a Mairi Gooden y resto de personas que conocería después, enmascaría su situación, y contaba que era viuda.
Antes de que estallara la Gran Guerra, Elsie empezaría una nueva vida como partera en el Queen Charlotte’s Hospital de Londres mientras su hijo permanecía con los Upcotts en Marlborough. En julio de 1913 se reencontró con los suyos y vivió una de las épocas más felices de su vida. Con parte de la herencia que había recibido de un tío suyo, Elsie decidió hacer algo poco habitual en una mujer, se compró una motocicleta y un sidecar, cumpliendo uno de sus sueños, poder disfrutar de la velocidad que le permitían estos nuevos artilugios colocando a su pequeño Kenneth en el asiento del sidecar. Elsie se unió al Gypsy Motor Cycle Club y exprimió la vida al máximo… hasta que la guerra estalló.

La historia de Mairi era muy distinta a la de Elsie. Mairi Lambert Gooden-Chisholm había nacido el 26 de febrero de 1896 en Escocia. La infancia de Mairi estuvo llena de alegría y ciertos lujos para ella y su hermano, Ualiean. En 1906, la familia creció con la llegada de la pequeña Lucy y un año después Mairi empezaba sus estudios en Redmoor y después al Saint Katharine’s School.
Cuando Mairi se reencontró con su hermano años después, lejos de divertirse con entretenimientos dignos de una señorita, ambos disfrutaban de actividades masculinas, entre ellas, hurgar en las tripas de una motocicleta. Mientras que a su padre no le importaba que Mairi se dedicara a montar aquellos cacharros, su madre se desesperaba creyendo que su hija iba a arruinar su futuro.
Pero la felicidad de Mairi junto a su hermano Uailean también terminó pronto. Sus padres hacía poco que habían comprado una hacienda en Trinidad y se trasladaron allí a vivir con la pequeña Lucy reclamando también la presencia del hijo.


En el otoño de 1913, Mairi conoció a una mujer a la que llamaban la “gitana”, que disputaba carreras de motos. Era Elsie Knocker. Su pasión por las motos las unió en una gran amistad y cuando estallo la guerra continuaron en otros proyectos, “Hay trabajo que hacer” le diría Elsie a Mairi y también le propuso unirse al Women’s Emergency Corps 
Cuando se trasladaron a Londres, el Doctor Hector Munro conoció a Mairi en uno de los actos del Women’s Emergency Corps y la invitó a unirse al Flying Ambulance Corps, una unidad que se estaba preparando para curar a los soldados en el frente belga. Mairi no se lo pensó dos veces y incorporó a Elsie en el proyecto. El 25 de septiembre de 1914, Elsie y Mairi se embarcaron en un barco rumbo a Bélgica.

Se dieron cuenta que los hospitales de campaña estaban demasiado lejos de la primera línea, había que acercar los hospitales y no perder tiempo, se establecieron en Peryse muy cerca del campo de batalla, allí pasaron los siguientes tres años y medio.
El puesto de Pervyse no estaba vinculado a ninguna organización internacional por lo que fueron ellas mismas las que tuvieron que buscar los recursos necesarios. En varias ocasiones viajaron a Inglaterra donde daban conferencias explicando su labor en el frente y recogiendo todo tipo de donativos en dinero y especies para poder no sólo curar, sino también vestir y alimentar a los soldados heridos y enfermos.

Llegaban infinidad de periodistas que querían retratar y conocer a las que fueron bautizadas como las “Damas de Pervyse” o los “Ángeles de Pervyse”. Además de ser las mujeres más inmortalizadas en el frente durante la Primera Guerra Mundial, fueron también de las más condecoradas.

En 1916, Elsie se casó con un piloto de las fuerzas aéreas belgas al que no le dijo que estaba divorciada, continuando con la versión de su viudedad. Harold de T’Serclaes era barón, por lo que Elsie adoptaría el título de baronesa.

En marzo de 1918, ellas mismas fueron llevadas al Hospital L'Océan en De Panne para recibir atención médica despues de un ataque con gas. Elsie fue la más afectada y fue enviada de regreso a Inglaterra por un período prolongado de convalecencia. Nunca se le permitió regresar a Pervijze. El 22 de junio de 1918, Elsie y Mairi se reunieron por última vez en Londres. Más tarde, su amistad llegó a un final inesperado produciéndose un gran distanciamiento, posiblemente porque Mairi se enteró de que Elsie no era viuda, como afirmó.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Elsie Knocker, que mantuvo el título de baronesa, se unió de nuevo a la causa, esta vez como oficial de la Women’s Auxiliary Air Force (WAAF). En julio de 1942, Elsie quedó devastada por la muerte de su hijo Kenneth al ser abatido el avión en el que viajaba en el frente. Acompañada de sus perritos, la baronesa Elsie Knocker terminó sus días siendo una anciana de 93 años, el 26 de abril de 1978.
Mairi le sobrevivió tres años. Tras el final de la guerra, Mairi se reencontró con una amiga de la infancia, May Davidson, con quien abrió una granja de aves de corral y tuvo una vida tranquila hasta que falleció el 22 de agosto de 1981.
 El ciclismo sigue los pasos de Mairie y Elsie

La ruta ciclista Ijzer 14-18 traza la antigua línea del frente y sigue los pasos de los Ángeles de Pervijze, forma la base de dos rutas ciclistas temáticas dedicadas a la guerra.
Fuentes:
https://mujeresconciencia.com/2017/08/16/las-damas-pervyse-elsie-knocker-1884-1978-mairi-chisholm-1896-1981/     (este Blog lo puedes curiosear pinchándolo aquí, en la columna a la derecha)









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